¡Guerra de los sexos en RRSS!

Relaciones Vs. Redes Sociales

Romeo y Julieta son la pareja ejemplo de toda las historias por excelencia. Un amor prohibido que superó obstáculos, pena y hasta la muerte. Ellos son el ejemplo que seguimos al momento de encontrar el amor. El romance que sostenían estos personajes de la novela de Shakespeare parece superar las expectativas de todo aquel que lo lee y de cierta forma cree en esta manera de concebir el amor. Desear un Romeo o una Julieta se convierte en una decisión constante hasta que cerramos el libro y volvemos a la realidad en este mundo que parece mentira.

Actualmente la idea del amor se disuelve o se afianza en un clic. La regla principal es la siguiente: si no aparece en las redes sociales, no existe. No sólo en Chile sino en todo el mundo, las relaciones sociales se basan en la comunicación cibernética. La forma de demostrar que estás interesado en alguien o en algo es dando like y la ausencia se mide en “doble checks azules”. Según una encuesta, para el 62 % de las personas las redes sociales, pueden llegar a arruinar un noviazgo, siendo en su mayoría hombres los que piensan de dicha manera.

Aún así, el 70 % de los hombres y el 73 % de las mujeres que fueron encuestados, admitieron usar aplicaciones como Match y Tinder para encontrar pareja aunque un porcentaje mínimo lo use para encontrar una relación “estable”. Este tipo de app es útiles para tener sexo casual y aumentar el ego. Aquí es donde la tecnología se convierte en un problema; Según psicólogos chilenos, el conflicto recae en que los sistemas de comunicación como las redes sociales traspasan al campo físico, es decir, mientras estás frente a frente con tu pareja, las usas; Mensajes, e-mails, memes, like, etc. Todo lo hacemos al mismo tiempo y no prestamos atención a lo que el otro siente, expresa o manifiesta, entonces la falta de comunicación, iniciada en gran medida por el uso incorrecto de las tecnologías, desemboca lastimosamente en: el fin de la relación.

En la actualidad estamos tan centrados en la tecnología que agrupamos los mensajes en dos: los textuales y los ocultos. Los textuales son los que recibimos en WhatsApp, Messenger y otros chats. Mientras que los ocultos vienen en forma indirecta o inducida es decir: publicaciones, tweets, hashtags, etc.  Existe, de hecho, todo un protocolo de las redes que significa mucho más de lo que se piensa.

¿No se han dado cuenta que todo tiene un mensaje oculto o un doble sentido?

Si no contesta, si tarda más de 10 minutos o si se pasa de emocionado, ¡todo tiene un significado diferente! Así, cada uno tenemos una visión distinta de las relaciones a través de Internet y por supuesto, de la manera de recibir y transmitir los mensajes. Lo que alguien escribe molesto, para otra persona puede ser más bien algo penoso o de felicidad, así de variantes y diferentes son nuestras mentes. Siempre se necesita de una conexión pensante, la virtualidad es un distorsionador de ideas. Y lentamente, las relaciones sociales se vuelven más vacías.

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¿Ignorar o dejar que gane el ego?

Dos razones principales por la que los mensajes tienden a malinterpretarse. La información se presenta de manera neutral y absoluta, cada parte la toma según su estado de ánimo pero se distorsiona para entender lo que queremos y no lo que en realidad es. Estamos condicionados a no sentirnos conformes, por lo que “ganar” se convierte en prioridad. Es decir, si alguien emite un mensaje, lo tomamos a conveniencia y enseguida necesitamos sentirnos ganadores, por lo que criticamos, juzgamos,  tiramos tallas, lanzamos “indirectas” o ignoramos.

La comunicación es fundamental en las redes sociales pero lo es aún más en físico. Con ello, se deja de lado la falta de compromiso, el ego, los celos y las suposiciones. Si tu pareja y tu entienden la importancia de crear límites y compartir entre sí los momentos más importantes, la relación mejorará, incluso, trascenderá en el tiempo. Pero, el compromiso incluye paciencia, esfuerzo y optimismo.

¡Recuérdalo!

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