Según tu color de piel ¿Qué tono de rubio te queda mejor?
¿Te atreves?
Existen muchas teorías del porqué el rubio es tan popular. Estudios afirman que este tono en mujeres de alto perfil (ejecutivas, directoras, senadoras, etc.) no es coincidencia, e incluso puede llegar a ser estratégico para roles de gran responsabilidad. Un estudio dirigido por dos académicos de la Universidad de British Columbia demostró que el mito de que “las rubias son poco inteligentes” juega un papel importante, pues contrarresta los rasgos agresivos y dominantes que se esperan de los hombres, permitiendo que las rubias puedan tomar decisiones más asertivas e independientes. Año 1946, el destino de Hollywood y de miles de mujeres en el mundo estaba a punto de cambiar cuando una joven, Marilyn Monroe pisaba el mítico Frank & Joseph Salon, en donde una melena rubia cambió no sólo la historia de la actriz, sino la del cine. Fue en esos años cuando Monroe alcanzaba la fama y su deseo de ser rubia, la llevó a decolorarse todos y cada uno de los vellos del cuerpo durante años, regalándonos así uno de los iconos más grandes de la cultura pop. Lo que mucha gente no sabe, es que Norma Jean (nombre real de Marilyn Monroe) era castaña de nacimiento, y que gracias a su ascenso a la fama el rubio pasó a convertirse en un símbolo que perdura hasta nuestros días.
Todos hemos deseado ser rubios alguna vez, pero como latinos, hay que saber identificar el rubio que mejor le va a nuestro tono de piel. Lo ideal es que el contraste entre el cabello y el cutis forme una armonía, y que las hebras del cabello procuren mantener su tono original o el más cercano a este para resaltar los rasgos del rostro. Las chilenas con tez clara y transparente dan lo mejor de sí con un rubio platinado al más puro estilo Monroe. Es un tono un poco complicado de llevar. Debes tener porte y una personalidad arrasadora para poder lucir uno de los matices más fascinantes del rubio. Éste requiere de muchos cuidados, especialmente en las raíces y los productos para mantenerlo deben ser especializados y adecuados para este tipo de coloración.
Si tu piel tiene un trasfondo rosado, debes apostar por tonos nacarados (casi blanco con destellos) como el rubio cenizo, dándole vida con algunas técnicas o efectos como el esfumado para darle más naturalidad. Las pieles blancas con tonalidades amarillas deben buscar una mezcla de tonos dorados, lo aconsejable es buscar la combinación de tres tonos diferentes (miel, caramelo y dorado) para darle al rostro dimensión y luz. Cuando la piel tiene un tono moreno claro hay mucho de donde elegir. Naturalmente este tipo de pieles se adaptan fácilmente a cualquier tono de color, incluyendo los tan deseados y temidos rubios.
En las pieles morenas con trasfondo amarillo, el rubio dorado creará un efecto óptico de brillo y luminosidad como el oro. Lo que se busca en este tipo de pieles es cerrar los pigmentos del dorado para acompañar el brillo natural de la piel. La raíz puede ser la clave en el look, dejándola un poco más oscura que el resto del cabello.
Para las morenas con una base rosa en la piel, se deben evitar los colores cobrizos ya que se acercan al color natural de ésta y brindarán una sombra opaca, sin vida. Es mejor dar paso a tonos de rubio medio, como el cenizo, para crear un contraste de dimensiones y luces que harán resaltar el pigmento rosa de la piel.
Las morenas oscuras también tienen la libertad de jugar con el rubio, siempre y cuando sea mediante diferentes efectos y técnicas como el ombré, utilizando como fondo el tono natural del cabello y buscando puntos estratégicos y espaciados para la iluminación con rubios nacarados o miel. Si la tonalidad de la piel es totalmente morena, los colores miel y caramelo serán la mejor opción. Otro punto importante y pieza clave en el mundo de la belleza, desde los últimos tres años, son las cejas, el marco de nuestro rostro. Éstas no deben diferir mucho del tono del cabello para conservar así la naturalidad que buscamos; pero es importante que tampoco se exagere con el aclarado. Según los expertos, dos tonos arriba si tu piel es clara es lo ideal, mientras que dos tonos abajo si juegas en las tonalidades morenas para acompañar el proceso del tinte.