Tatuajes discretos y elegantes para ti

¿Te harías uno?

Existen múltiples formas en las que una persona puede sentir el arte apoderándose de su cuerpo. Ya sea a través de una visita a un museo, hasta ver en la pantalla de su móvil una sencilla ilustración formada por las líneas más sencillas, el proceso catártico que surge a partir de la vista es totalmente variado.

Durante siglos tener una buena educación artística fue considerado como una señal de elegancia, basta con mencionar el periodo entre 1715 y 1774 donde el rey Luis XV engalanó su palacio no sólo con finas pinturas, sino con el más fino mobiliario al que se podía tener acceso en aquella época. Los materiales con los que este monarca adornó su palacio iban desde maderas preciosas hasta finas telas que colgaban de las paredes transmitiendo sólo con su presencia una sensación de poder y buen gusto que no se había visto nunca.

Hablando de un contexto más reciente, el arte ha tomado caminos mucho más diversos. Con el arte pop nuestras miradas se enfocaron en la idea de que cualquier objeto de nuestro entorno es capaz de provocar un efecto estético si se aborda de la manera correcta; en esa cotidianidad de las cosas entran también nuestros propios cuerpos que si bien ya emiten mensajes a través de sonidos, gestos y miradas, también son capaces de elevar su potencial al presentarse no como una obra sino en forma de un lienzo que espera ser intervenido.

De esta manera es que del tatuaje antes denigrado al ser una expresión exclusiva de algunos delincuentes se suma a las formas de expresión que utilizan al cuerpo humano para transmitir un mensaje.

La necesidad de elevar al tatuaje hasta un punto artístico no sólo está en el hecho de reivindicar a sus realizadores como verdaderos artistas; aunque si bien esa es una de las intenciones principales, también está la de avanzar un paso más en cuanto a la expresión artística a fin de llevarla hasta un punto en el que estar frente a una piel tatuada produzca una sensación parecida a la de estar en la sala de algún museo observando fantásticas muestras de la sensibilidad de una persona que ha decidido compartirla con nosotros.